lunes, 11 de marzo de 2013

Speed painting

  El llamado Time-lapse, es una técnica fotográfica usada en cine y fotografía, con la que se muestran de una manera rápida sucesos que normalmente se desarrollarían a velocidades muy lentas, como puede ser la construcción de un estadio, una puesta de sol...
 Esta técnica también se utiliza con carácter artístico, y se podría decir que es sinónimo de Speed painting (pintura veloz), término que comenzó a referirse a apariciones públicas de artistas que presentaban en un breve lapso de tiempo todo el proceso de creación de una obra. 

También se aplica a producciones audiovisuales donde se utilizan medios tanto convencionales como digitales, con programas de creación y edición de imágenes, con las que se graba la realización del dibujo o pintura, para posteriormente presentarla a una velocidad mayor.

Debussy

“¿De veras os sorprende? ¿No podéis escuchar un acorde si no sabéis cómo se llama? ¡Seguid escuchando!, y si no podéis soportarlo ¡id al maestro y decidle que os estoy estropeando el oído!”

 He aquí una demostración del carácter revolucionario que ya mostraba el compositor en su época de estudiante en Roma, al improvisar delante de otros alumnos.

 Ferviente admirador en un principio de Massenet y Wagner, acabó reaccionando contra el lirismo del primero y el dramatismo del segundo, siendo característico de su música la ausencia de grandes climax  o largas líneas. Su armonía no consiste tanto en el descubrimiento de nuevos acordes, sino en la utilización de otros poco usados, como las novenas, de forma original. Usaba escalas pentatónicas y de tonos enteros, modos orientales y religiosos, que daban como resultado una atmósfera fluida y cambiante, creando un paralelismo en música con el espíritu impresionista de los pintores y poetas a los que Debussy estaba muy unido.

  • La música clásica en R5 - "Estampes" de Debussy - 17/03/12
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  •  Interesantes comentarios sobre su estilo musical:

     “Le expliqué la necesidad de un francés de liberarse del espíritu wagneriano, que no responde a  nuestras aspiraciones naturales. ¿Por qué no utilizar nosotros los mismos procedimientos que Manet, Cézanne y Toulouse-Lautrec?” Eric Satie.

    “Debussy tenía el poder de captar en sonidos las impresiones visuales que había obtenido directamente o creado en su imaginación merced al arte o la literatura. De este modo dio rienda suelta a su arte en un mundo de sentimientos que anteriormente estaban vedados casi por completo a la música. Sólo muy rara vez su inspiración tuvo sus raíces en los sentimientos que inspiraron a la mayoría de los compositores desde Beethoven –es decir, las pasiones humanas, los sufrimientos y alegrías--. No rechazaba o negaba la sensibilidad musical, pero mantenía una aristocrática reserva y buscaba impresionar por una especie de efecto retardado mejor que directamente” Alfred Cortot.

    “La música después de Wagner tenía que ser liberada de sentimientos personales y depurada hasta conseguir una ejemplar objetividad. Ésta fue la gran misión de Debussy. Gracias a él fue posible oír la música tranquilamente, sin lágrimas ni desmayos… Debussy liberó a la música del elemento humano y por esta razón inició una nueva era”. José Ortega y Gasset.

miércoles, 27 de febrero de 2013

Sueños de papel


Paper Art from Raquel Santos


  Esta obra, que yo definiría  como un preludio de la creación artística…como la expresión de la imagen mental del poeta antes de darle forma definitiva a la palabra, pertenece al artista danés Peter Callesen (1967), que  utiliza un material tan simple y común como  el papel DIN- A4 para realizarla. Como explicación a su forma de crearlas,  se expresa de la siguiente manera: “Las esculturas de corte de papel exploran la mágica transformación de la hoja plana en figuras  que se expanden en el espacio que les rodea. El negativo y ausente espacio bidimensional que queda al cortar, contrasta con la realidad en tres dimensiones que se crea, a pesar de que las figuras todavía se adhieren a su origen, sin posibilidad de escapar. En ese sentido, hay también un aspecto de algo trágico en muchos de los recortes”.


 http://youtu.be/uZ3G6Gkr4W8


lunes, 25 de febrero de 2013

La recompensa del sacrificio



  Los años que llevo trabajando en el Conservatorio de Danza de Murcia, me han ido mostrado la disciplina que necesita el dominio del ballet… largas clases que exigen el cien por cien de tu cuerpo, que vas viendo cómo se moldea lentamente a base de insistentes repeticiones que parece que no llevan a ninguna parte. Hasta que al fín llega la oportunidad de demostrar que la rutina del día a día da sus frutos.

  Como ejemplo quería resaltar los premios que varios alumnos de este conservatorio consiguieron el año pasado.

  Una de ellas, Cristina Salamon, participó en el 7º Premio Bilbao para Jóvenes Bailarines que organiza la Asociación Bilbao Ballet Elkartea, obteniendo el segundo premio. Es la que está a la derecha de la imagen.



  Otro de los concursos realizados ha sido el IVº Premio Tiempo de Danza, que viene convocando la Asociación de Amigos de la Danza de Murcia, y donde quedaron como ganadores Brayan Batif, Laura Noguera y María Pujante.


   Es alentador ver cómo alumnos que has visto crecer y mejorar en su arte, consiguen superar estos pequeños retos, que seguro les servirán de apoyo y fuerza para continuar luchando por un buen futuro profesional. 
    Mi enhorabuena a todos.

Música y locura

   ¿Puede ser que la personalidad de los músicos sea tan conflictiva porque mezclan en su estudio todo tipo de estilos musicales? Pues si hacemos caso de la catarsis (pitagórica), que nos dice que el alma es armonía y que la música es capaz de sanarla, no sería conveniente que cualquiera utilizara el estudio de distintos compositores a su libre albedrío, sino que debería centrarse en aquellas obras que sirvieran para purificar su espíritu según sus necesidades.
   Tal vez por ello, tan pocas personas llegan a controlar el arte musical en su plenitud y, tal vez por ese mismo motivo, la mayoría de los estudiosos de la música no deberían serlo, a no ser a costa de provocar un desequilibrio de su personalidad, ya que poca gente es capaz de conocer las necesidades de su alma y, menos aún, el efecto que la música provoca en ella.